“ A L S
E R V I C I O D E L R E I N O ”
El Árbol
del Reino
Regalo de la JOC adulta. Ecuador 1978. PR.
CONTENIDO
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Presentación del “Árbol del Reino”: Resumen y
dibujo.
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Introducción:
Desentrañar la realidad, o sea, un
método de análisis de la misma.
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1ª ‘rama’: Todos somos economistas, porque la
economía comienza en casa.
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2ª ‘rama’: Todos hacemos política, porque todos
hacemos algo a favor o en contra de los demás.
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3ª ‘rama’: Todos somos competentes, porque 'nadie
ha recibido ningún talento'.
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Conclusión: Somos la Iglesia de los pobres, al
estar involucrado en una fe con dimensión política.
1. “PRESENTACIÓN DEL “ÁRBOL DEL REINO”.
Cuando comprendemos y aplicamos a
nuestra vida la comprensión del Reino, ya hemos entendido a Jesucristo y
pasamos a ser sus seguidores, es decir, ‘cristianos’. Más adelante este ‘Árbol
del Reino’ lo llamaremos “El Árbol de la
vida, de la fraternidad y de la comunidad” y desarrollaremos sus 3 grandes
ramas.
En su carta
encíclica de 1975 sobre ‘La evangelización de los Pueblos’, el Papa Pablo 6º
escribía: ‘El Reino es lo único absoluto’ (8). De hecho la Palabra ‘Reino’ es
la más utilizada por Jesús, según los Evangelios. Bien se puede definir a Jesús
como ‘El Profeta del Reino’. Veamos a seguir los pasos de relato bíblico de la
creación para entender el proyecto de
Dios, su sueño que Jesús llamó el Reino, es decir, un mundo de fraternidad.
EL ÁRBOL DEL REINO arranca con
Génesis 1-2.
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Dios está a la raíz y al origen de toda
la creación.
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Al crear,
Dios comparte lo que es, o sea, vida,
amor y comunidad. Para él y a su imagen, la ARMONÍA es el eje y la meta de todo el universo.
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Dios creó
primero los 4 elementos, luego los vegetales y animales: eso es la NATURALEZA cuyo objetivo es, según
Dios, compartirlo todo para el
beneficio de todos. Todo esto va a ser el campo de la ECONOMÍA, o sea, la organización de las relaciones del ser humano
con la naturaleza, el compartir de todas las riquezas nacionales. En esta
parte, el pecado está en la acumulación.
Ver Éxodo 16,14; Mateo 20,1; Hechos 2, 42...
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Después,
Dios creó a la HUMANIDAD cuyo
objetivo es el convivir. Esto va a
ser el campo de la POLÍTICA, o sea, la
organización de las relaciones todas las personas, del convivir entre sí y con todos los grupos étnicos de la
nación. El pecado está en el dominar.
Ver Éxodo 18,13; 1° Samuel 8; Marcos 10,42.
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En fin, Dios
comunicó al ser humano su SABIDURÍA
para que nos podamos expresarnos de
múltiples maneras y, así, enriquecernos con el aporte de todos y todas. Esto va
a ser el campo de las IDEOLOGÍAS, o sea, la organización de las distintas propuestas
para expresarse, para organizar la economía y la política. El pecado está
en el engaño. Ver Daniel 2; Lucas
4,16; 1° Corintios 1,27…
Esto es el SUEÑO DE DIOS, su plan de vida, amor y felicidad. Es el árbol del Reino, que Jesús hará
presente, y que nos entregará para continuarlo y completarlo. Como vemos, el Reino lo abarca todo, la Economía, la
Política y las Ideologías. Nada escapa al sueño de Dios: Si las cosas
marchan mal, es porque nosotros, los humanos, nos hemos tomado suficientemente
en cuenta el proyecto de Dios. O nos hemos desinteresado, y nos hemos hecho
cómplices y encubridores de la actual situación. Nuestra misión es restablecer
el sueño de Dios.
CONCLUSIÓN: ‘Los 2 caminos’, Deuteronomio 30,15-20
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La creación es un todo del que
participamos todos para bien como para mal: todo lo que hacemos o no hacemos repercuta sobre todo
el resto de la creación. Al hacernos ‘a su imagen y semejanza’, Dios nos hace
co-creadores con él, pero con la libertad de elegir o no el camino de Dios.
Así, no hay más que 2 caminos: o
construimos su creación o la destruimos. Jesús llamará este resultado de la
creación y de nuestros esfuerzos: el Reino de Dios.
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La vida y la muerte están en
nuestras manos, como
también la salvación y la perdición. A veces colaboramos con la una, otras
veces con la otra.
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Dios nos pide que hagamos su
creación, o sea, la
naturaleza y la Humanidad, siempre más bella, escogiendo el camino de la vida
para lograr la felicidad presente y futura. Nuestra felicidad consiste en hacer
crecer el Reino. ‘El Reino es pues absoluto y todo el resto es relativo’, dijo
el Papa Pablo 6º (Carta sobre ‘La Evangelización en el mundo contemporáneo’,
número 8, año 1975), comentando lo que dijo Jesús: ‘Busquen primero el Reino de
Dios y su justicia, el resto vendrá por añadidura’ (Mateo 6,33).
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Pensemos que Jesús lloró sobre
Jerusalén porque sus
paisanos no habían sabido reconocer en él la visita de Dios. Además no supieron
comprender que venía para un proyecto religioso que cambiaba las malas
maneras de vivir, convivir, compartir y expresarse. Para los judíos,
esta ceguera terminaría con su muerte y, unos 40 años más tarde, con la
destrucción de su ciudad y la dispersión de sus habitantes que serán el fin de
la nación judía.
Nota. “Regalo de la JOC adulta. Ecuador 1978”.
Un amigo
venezolano me dio a conocer “el Árbol del Reino” en Guayaquil en 1978: ¡qué revelación para entender a
Jesús! La ‘JOC’ (Juventud Obrera Católica) adulta se llama más precisamente ‘ACO’ (Acción Católica Obrera), o sea,
adultos cristianos del mundo obrero que se reúnen para seguir a Jesús hoy,
según el método de la JOC: “Ver la
realidad – Juzgarla, o sea,
iluminarla con la Palabra de Dios – Actuar
y celebrar”.
2. DESENTRAÑAR LA REALIDAD.
Lo
propio del ser humano es tomar conciencia de que existimos para una misión:
hacer nuestro mundo más humano. La comparación del árbol con su tronco y unas
tres ramas principales nos ayudará a entender mejor cómo lograrlo.
La
primera gran rama se refiere a los bienes de la tierra que sirven para nuestra
alimentación, vestimenta, seguridad y bienestar en general. Mediante el trabajo
logramos producir, transformar, comercializar, inventar… El dinero es el
resultado de estas actividades. Nos organizamos para el compartir de los bienes
materiales: esto se llama la economía. Las cosas se complican cuando unos
empiezan, por una parte, a acumular bienes y adueñarse de los medios de
producción, transformación, comercialización e invención. Los ‘no propietarios’
pasan a ser muchas veces esclavos. Esto contradice al derecho fundamental de
todos a tener acceso equitativo a los bienes del planeta que son propiedad
colectiva de todos. El camino para una mayor igualdad y equidad es que nos
apropiemos individual y colectivamente de los medios de producción,
transformación, comercialización e invención.
La
segunda rama tiene que ver con nuestra convivencia. No podemos vivir sin
organizamos: Esto se llama la política, es decir la construcción de una
organización social armoniosa entre las personas y los grupos humanos que
constituyen un país. Esta organización política tiene dos componentes
principales: por una parte, las instituciones estatales y, por otra, las
organizaciones sociales. Para un buen funcionamiento de un país, estas dos entidades
deben colaborar de manera autónoma: esta colaboración se llama “democracia”, o
sea, ejercicio colectivo del poder. Redactan la Carta Magna que es la máxima
autoridad de la nación. Las instituciones del Estado son conformadas por cinco
poderes independientes unos de otros: el ejecutivo, el legislativo, el
judicial, el consejo de participación ciudadana y el poder electoral. El
desorden proviene de la ideología capitalista que asume el gobierno porque nos
hace individualistas, consumistas y pasivos. Cambiará cuando decidamos
organizarnos mejor y participar más directamente en la política.
La
tercera rama es la de las ideologías, o sea, el conjunto de los proyectos que
organizan la economía y la política. Aprendemos estas ideologías en cinco
espacios: los centros educativos, los medios de comunicación, la vida cultural,
las religiones y los partidos políticos. Nos capacitan -deberían capacitarnos-
para formarnos en economía, política e ideología. No los hacen principalmente
porque son los ricos que controlan estos espacios para mantenernos en la
inconciencia, ignorancia, pasividad y sumisión, especialmente mediante la
televisión. Nos falta conciencia crítica, participativa y organizada para
aprender a expresarnos, tomar iniciativas para que se respete nuestras
opiniones, adueñarnos de la educación, de los medios de comunicación, de los
partidos políticos, de las Iglesias sean “de los pobres y para los pobres”…
Todo
esto lo encontramos en la Doctrina Social de la Iglesia.
3. TODOS SOMOS ECONOMISTAS.
Todos
conocemos de economía especialmente las amas de casa porque son generalmente
ellas llevan adelante la alimentación de su familia… porque la economía
comienza en casa. Nos han hecho creer que la economía es exclusividad de los
que se han formado y deformado en las grandes universidades de los países del
norte. “Nosotros, los economistas -me decían 2 jóvenes francés que recién se
habían graduado en economía- no estudiamos los costos sociales. Nos limitamos a
los números”. ¡Eso quiere decir que para ellos los pobres no son ni números! No
habían descubierto a sus 25 años que la riqueza es el resultado del
empobrecimiento de millones de pobres… y no fueron capaces de decirme siquiera
una orientación para combatir la pobreza cuyo fenómeno les haya golpeado: ¡Menudo
descubrimiento!
Digamos
primero que la base de la economía es el trabajo. Así que todos los
trabajadores somos economistas natos… sino que nos han desposeídos de los
frutos de nuestro trabajo. Unos se han apropiado los bienes comunes como son
las tierras, las minas, la naturaleza, las fábricas, los bancos… Hemos sido
desposeídos, engañados y reducidos muchas veces a la esclavitud. Un salario que
no permite a una familia vivir dignamente es un salario de esclavos. Por eso
Jesús en su parábola de los “trabajadores de la última hora” reciben un
denario, igual que los que han trabajado todo el día. El dueño de la viña que
representa a Dios da a cada uno lo que necesita su familia para vivir pobre
pero dignamente.
Al nivel
de un país, la economía se ocupa de la producción de todo lo que llamamos
‘bienes’, de la transformación de los mismos, de su comercialización, de la
invenciones, del dinero que resulta de todos estos ‘trabajos’… La perversión de
la economía consiste en la apropiación por parte de los ricos de los medios de
producción, transformación, comercialización, invención de esos bienes y del
dinero resultante de aquello. En vez que sea la organización del repartir y
compartir equitativos, la economía se transforma en acumulación de bienes y
propiedades en unas pocas manos a costas del empobrecimiento de los
trabajadores. Esta perversión se llama sistema capitalista.
Por esta
razón, el papa Francisco calificó a este sistema, “sistema de muerte”. El
camino para salir de semejante atropello a las personas es en primer lugar
tomar conciencia de estas situaciones: la pobreza no es ningún regalo de Dios
que nos favoreciera pasado mañana con un cielo hipotético. La realidad es la
acumulación de riqueza es el resultado del empobrecimiento de millones de personas,
el despojo de países entero y la explotación de continentes llamados por esta
razón ‘subdesarrollados’ por el saqueo inmisericorde del que son víctimas. El
papa Juan Pablo 2° lo declaró claramente al afirmar que “los ricos son cada vez
más ricos a costa de los pobres cada vez más pobres”.
Para
salir de este atolladero, primero hay que tomar conciencia de esta realidad y
de su causa principal: el sistema capitalista del que nos hacemos cómplices al
desconocerlo, ignorar sus mecanismos y colaborar al enriquecimiento de los que
llamamos nuestros benefactores, es decir nuestros empleadores. Tenemos que
“obligar” a los ricos a entrar en el Reino de Dios, tal como lo dijo Jesús en
su parábola de los invitados al banquete del Reino, del que todos se excusan… La
economía consiste en la organización del compartir equitativo. Para esto
tenemos que capacitarnos para aprender a gestionar las empresas e instituciones
que nos emplean. La tarea será ardua porque muchas veces preferimos “comer un
pollo de rodilla que un pan de pie”, pero es no imposible porque para Dios que
quiere, a través de nosotros un mundo de justicia y de fraternidad, nada es
imposible. A lo mejor nos falta esa fe, esa fe en un Dios que quiere emprender
con nosotros un nuevo éxodo hacia una Tierra Prometida que tenemos que
conquistar y organizar nosotras y nosotros: eso es su proyecto de ayer, hoy y
mañana.
Hemos
descrito aquí la primera grande rama del “Árbol de la Vida, del Amor y de la
Comunidad”, el Árbol del Reino de Dios.
4. TODOS APORTAMOS PROYCTOS.
Comencemos
diciendo que todos tenemos una ideología que es nada más ni nada menos que
nuestros proyectos de vida, de sociedad, de fraternidad y de fiesta. Estos
proyectos, estas ideas, estas ideologías en cinco espacios, por los que pasamos
todos.
El primer
espacio ‘ideológico’ es la educación: la oficial y la popular. Normalmente
estos distintos niveles de educación sirven para capacitarnos para pensar y
discernir, para trabajar, para discernir a qué vamos a servir. Lastimosamente,
esta capacitación es desviada hacia otros intereses en los que somos los tontos
útiles que necesita el sistema capitalista. Por eso la ‘educación’ tiene que
ser totalmente reorientada y refundada para que logremos nuestro desarrollo
humano integral.
El segundo
espacio ‘ideológico’ es el de los medios de comunicación hechos para
informarnos, formarnos, distraernos… pero la mayoría nos desinforman, nos
embrutecen, nos deforman y nos engañan. La televisión es el más perverso de
estos espacios al servicio de los grandes ricos nacionales e internacionales.
Ahora está internet… diseñado mayoritariamente para programarnos y
controlarnos. Si no tenemos algún grupo de amigos u organización, difícilmente
podremos discernir la verdad que nos hace libres, dignos y solidarios.
El tercer
espacio ‘ideológico’ es el de la cultura, es decir, el conjunto de sentido y de
valores que nos comunica la familia, la vecindad, el arte, la música, la danza,
la poesía, la sabiduría popular… Pero poco se valora estas sabidurías: ¡somos
como el árbol sin raíces que no sabe de dónde viene ni adónde va, como grandes
analfabetos!
El cuarto
espacio ‘ideológico’ es el de las religiones, “caminos hacia las grandes
virtudes” que nos hacen más humanos y más hermanos. Lo malo es que muchas veces
buscamos en las religiones, con su complicidad, nuestro bienestar material e
individual, buscando poner a Dios a nuestro servicio. Si nuestra religión no
nos humaniza y no nos hermana unos con otros, mejor busquemos a Dios en las
luchas por la dignidad personal y la fraternidad sin frontera.
El quinto y
último espacio ‘ideológico’ es el de los partidos políticos. Estos están hechos
para recoger nuestros proyectos de país, de economía equitativa y de política
participativa y no palancas para subir a puestos de dinero y de poder
dominador. Nadie ni ninguna vanguardia tienen que representarnos ni salvarnos.
Sino que juntos debemos unirnos para saborear el compañerismo, vivir la
igualdad, celebrar el crecimiento individual y el desarrollo colectivo,
construir programas de economía y política alternativas. Todos tenemos talentos
para algo grande: sólo hace falta juntar estos talentos y desarrollarlos
colectivamente. Así estamos construyendo el poder popular, realidad segura de
la democracia.
Es muy
grande esta tercera y última rama de nuestro “Árbol de la vida, del Amor y de
la Comunidad”, el Árbol de Reino. Pero si somos capaces de jugarnos la vida
para este Árbol, nos seremos unos fracasados sino un pueblo digno, fraterno y
solidario, en definitivo el único culto que agrado a Dios.
CONCLUSIÓN: SOMOS LA IGLESIA DE LOS POBRES.
MENSAJE: Dios confía en los pobres para que
construyan su sueño del Reino de Dios, es decir la gran fraternidad humana.
- Palabras de Jesús
-
“El
Espíritu del Señor me ha ungido para llevar buenas nuevas a los pobres” (Lucas
4,18).
-
“¡Felices
los pobres porque de ustedes es el Reino de Dios!” (Lucas 6,21).
-
“Te
bendigo, Padre, porque has revelado estas cosas a los pequeños y sencillos: así
te pareció bien” (Lucas 10,21).
-
“No
temas, pequeño rebaño: a Dios les pareció bien regalarle el Reino de Dios”
(Lucas 12,32).
-
“Dios
eligió lo que lo que es común y despreciado para reducir a la nada lo que es”
(san Pablo: 1 Corintios 1,28).
- Palabras de los papas
-
Papa Juan 23 en 1962, en vísperas del Concilio Vaticano 2°: “La iglesia es y debe ser la Iglesia de
los pobres”.
-
Papa Juan Pablo 2º en 1981: “La Iglesia está vivamente comprometida en la causa de la
solidaridad, porque la considera como su misión, su servicio, como verificación
de su fidelidad a Cristo, para poder ser verdaderamente Iglesia de los pobres” (Carta encíclica ‘El
Trabajo humano’, 8).
-
Papa Francisco en 2013: “Quiero un Iglesia pobres para los
pobres”.
- ¿Qué clase de ‘pobres’ quiso Jesús?
-
Jesús no quiso la miseria, por eso sus milagros, sus
parábolas, su cercanía a ellos, sus apóstoles y discípulos pobres… porque Dios
optó siempre para los pobres que se liberen (Éxodo, Profetas…).
-
Los ‘pobres’ que quiso Jesús son las y los que:
. Se unen
para salir de la pobreza,
.
Comparten lo que son y tienen,
. No
explotan a nadie,
. Confían
que Dios está con ellos para construir su Reino.
- ¿Qué clase de Iglesia quiso Jesús?
-
Jesús no
fundó la Iglesia tal como la conocemos hoy.
-
Jesús
fundó comunidades fraternas que construyen un mundo mejor: “Busquen primero el
Reino de Dios; lo demás vendrá por añadidura” (Mateo 6,33).
-
La
‘Iglesia’, palabra de origen griego que significa ‘Asamblea’, es la unión de
estas Comunidades al servicio del Reino.
- ¿Somos esta Iglesia de los pobres que quiso Jesús?
-
¿Cuándo
sí y cuándo no?
-
¿Qué vamos
a mejorar para ser la Iglesia de los pobres que quiso Jesús?
Mensaje de la reunión episcopal latinoamericana en
Puebla, México, 1979.
“Porque creemos que la revisión del
comportamiento religiosos y moral de los hombres debe reflejarse en ámbito del
proceso político y económico de nuestros países, invitamos a todos, sin
distinción de personas, a aceptar y asumir la causas de los pobres, como si
estuvieran aceptando y asumiendo su propia causa, la causa misma de Cristo
(Mateo 25,40)”.
Comentario: LA
IGLESIA DE LOS POBRES
Junto con otros grupos eclesiales
que han hecho la opción por las causas de los pobres, en particular como CEBs,
somos ‘Iglesia de los Pobres’. ¿Cuál es el sentido de esta calificación?
- Origen de esta expresión
- Fueron un grupo de obispos latinoamericanos
de la línea de la teología de la liberación que tomaron este nombre durante las
sesiones del Concilio Vaticano 2º (Roma, 1961-65).
- Los Papas Juan 23 y Juan Pablo 2º retomaron esta expresión. Juan
23, en vísperas del Concilio,
dijo: ‘Frente a los países subdesarrollados, la Iglesia se presenta tal cual es
y quiere ser: la Iglesia de todos y más particularmente la Iglesia de los
Pobres’ (septiembre 11 de 1962). Durante el concilio, el cardenal Lercaro de Bolonia, Italia,
declaró: ‘El tema central del concilio es la Iglesia en tanto cuanto es
precisamente la Iglesia de los Pobres’ (marzo 3 de 1963). Juan Pablo 2° en su carta encíclica
‘El Trabajo Humano’ (1981) repitió lo mismo: ‘La Iglesia está vivamente
comprometida en la causa de la solidaridad, porque la considera como su misión,
su servicio, como verificación de su fidelidad a Cristo, para poder ser
verdaderamente ´Iglesia de los pobres´’ (8).
2. Nuestra
identidad como Iglesia de los Pobres
Nos
identificamos como pobres y
por hacer la opción por los pobres.
Somos pobres en el sentido de que sufrimos la pobreza, pero buscamos una pobreza digna, o sea que somos
conscientes, organizados y solidarios. Hacemos los opción por los pobres, es
decir que optamos por hacer nuestras
la fe, las opciones y las luchas de los pobres (Puebla, Mensaje 3).
3. Nuestras características
-
Hacemos una lectura
popular de la Biblia, o sea que leemos la Biblia partiendo de nuestra
realidad. Creemos en un Dios liberador (Éxodo 3,13-15). Seguimos a Jesucristo
pobre, amigo e inspirador de nuestra liberación.
-
En nuestra
práctica cristiana, unimos fe y vida, oración y acción, Iglesia y política para
transformar tanto nuestra Iglesia como nuestra sociedad.
-
Nos formamos
desde nuestros compromisos eclesiales y socio-políticos, con la luz de la
Palabra de Dios y de los Documentos de la Iglesia Latinoamericana
principalmente.
-
Nuestra meta
es el
Reino de Dios que abarca toda la vida, tanto lo personal y familiar
como lo económico, político, social, cultural y religioso, al nivel material y
espiritual, individual y colectivo.
4. ‘El Reino es lo único absoluto’
(Papa Pablo 6º. Mateo 6,33). Decimos que:
- El
Papa,
los Obispos y los Sacerdotes están al servicio de la Iglesia.
- La
Iglesia
está al servicio del Reino.
- El Reino es de los pobres (Lucas 6,21)
y de los que hacemos la opción por la pobreza y las causas de los pobres (Mateo
5,3).
Conclusión
El papa Francisco nos confirma en
este camino cuando nos invita a ser “una Iglesia pobre y para los pobres”.
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